De la Memoria a la Innovación: Cómo Internet Redefine el Aprendizaje y el Desarrollo TI

Es indudable que los constantes cambios y avances en la tecnología repercuten, de una u otra forma, en la sociedad y sus expresiones de manera transversal. Un ejemplo cotidiano de esto es nuestra forma actual de relacionarnos con los otros mediante las redes sociales, y cómo estas han impactado en la comunicación, valoración, expresión e incluso, en una mirada más profunda, la autoestima de los seres humanos. Y es que hablar de comunicación hoy en día es muy diferente a cómo se hablaba del mismo tema en los años 90 e incluso, tal vez, hasta la primera década del nuevo milenio; la comunicación humana, para bien o para mal, ha integrado a su matriz de funcionamiento la tecnología y las formas en que estas han y continúan moldeando nuestras relaciones, la velocidad, la síntesis y un nuevo lenguaje compartido ya no solo por los coterráneos de un país, ciudad o pueblo, sino más bien, un lenguaje compartido por internet.

Con la popularización de internet y su masividad, se hizo evidente, hace ya más de una década, el cambio radical que se estaba gestando no solo en la sociedad (como fenómeno de masas, por así decirlo) sino también en el individuo (permítanme hacer la distinción). Uno de esos cambios es la forma en que el ser humano moderno accede y gestiona la información, su aprendizaje.

 

Un Paradigma en Formación: Lo que entendíamos por saber

Históricamente, los seres humanos, en nuestra inmensa curiosidad, hemos buscado formas de transmitir el conocimiento, desde las tablillas de antiguas y extintas civilizaciones hasta los libros, periódicos y otras formas de comunicación actuales diferentes a internet. Antes del internet, el acceso al conocimiento formal podía considerarse bastante restrictivo y ligado, en gran medida, a la capacidad de las personas de acceder a este conocimiento mediante la educación formal, aunque siempre restringido por variables socioeconómicas y culturales que escapan de este breve análisis.

El conocimiento entonces era la capacidad de adquirirlo por cualquiera de sus fuentes y aprender de él. Entendiendo que no todos tenían la capacidad de adquirir libros o acceder a medios similares fácilmente, se hizo imprescindible la capacidad de aprender mediante la memoria, es decir, memorizar, algo que aún hasta nuestros días, algunos sistemas educativos se niegan por todos los medios a modificar.

En esta forma de aprendizaje, predomina la importancia de almacenar el conocimiento, lo que aún hoy se suele llamar “saber”. Acumular conocimiento es entonces este “saber”, pero claro, si se requiere un conocimiento amplio o profundo sobre alguna materia, esto conlleva una alta especialización, una memoria prodigiosa o la capacidad de reforzar el conocimiento con la práctica a corto plazo.

“Los estudiantes que solo memorizan hechos y procedimientos pueden ser capaces de realizar tareas específicas, pero carecen de la flexibilidad necesaria para aplicar su conocimiento en situaciones nuevas y cambiantes. El aprendizaje profundo implica una comprensión conceptual que permite la transferencia del conocimiento.” Bransford, J. D., Brown, A. L., & Cocking, R. R. (Eds.). (2000). How people learn: Brain, mind, experience, and school. National Academy Press.

 

Lo que entendemos por saber

El flujo y acceso a la información proporcionada por internet es lo que se ha enmarcado en el concepto de “democratización de la información”. Esto se refiere a la facilidad con la que hoy en día somos capaces de acceder abiertamente a información desde casi cualquier parte del mundo a una velocidad jamás antes experimentada por el ser humano. Basta que se publique un artículo informativo en Europa, por ejemplo, para tenerlo disponible en segundos desde el otro lado del océano. Algo que antes llevaba años en conseguir información, hoy está disponible a un clic para (casi) todo el mundo.

Este cambio en la forma y disponibilidad de la información ha ido repercutiendo paulatinamente en la manera de enseñar y aprender. La memoria sigue presente en el sistema educativo, tal vez más de lo que nos gustaría, pero hoy en día priman otras habilidades complementarias: la crítica, el análisis, la creatividad, la innovación y lo que podríamos denominar “la capacidad de búsqueda y discernimiento”.

Y es que, si la información está disponible tan fácilmente, se hace cada día más relevante saber cómo encontrarla y cómo discernir su verdadero valor en lugar de simplemente almacenarla. Buscar y poder analizar rápidamente la información encontrada es, le guste a quien le guste, una habilidad necesaria que debe ser enseñada, cuanto antes mejor.

Sin embargo, así como el acceso a la información tiene alcances y posibilidades casi ilimitadas, también se presentan algunos desafíos importantes. Por ejemplo, la superficialidad de la información obtenida es especialmente relevante si le sumamos el factor de la inmediatez. Además, se necesita una mirada crítica, saber contraponer información, identificar fuentes confiables, entre otros conocimientos y habilidades que no son comúnmente enseñados en la educación formal, especialmente en sectores vulnerables.

 

Trabajadores TI como área de estudio

Te hago una pregunta: ¿podría existir un perfil “fullstack” en el área del desarrollo de software sin el acceso a la información de internet? Según lo veo, la respuesta simple es no. Imaginemos que, frente a cada desafío de arquitectura o desarrollo, tendríamos que recurrir únicamente a nuestros conocimientos “de memoria” o a grandes librerías que nuestras empresas tendrían que proporcionarnos con textos actualizados mes a mes.

¿Una sola persona podría adquirir todo el conocimiento en detalle y profundidad de un stack de desarrollo? Probablemente sí, tras un largo tiempo de aprendizaje y memorización. Sin embargo, al finalizar, su conocimiento ya estaría obsoleto debido a la rápida evolución de la tecnología.

Este ejemplo simplificado ilustra que, en perfiles TI, la capacidad de gestionar la información actual y contar con las habilidades de esta nueva forma de saber es fundamental. Debería darse a ello la importancia correspondiente tanto en los centros educativos como en los filtros y entrevistas para entrar a un trabajo.

Con esto no resto importancia alguna al “saber”. Un desarrollador debe conocer los lenguajes con los que trabaja y debe saber resolver problemas complejos. También debe saber cómo resolver el problema del problema, es decir, buscar la información necesaria para ello. Por ejemplo, los desarrolladores frecuentemente recurren a recursos en línea como Stack Overflow, documentación oficial, y foros especializados para encontrar soluciones a problemas específicos y mantenerse al día con las últimas tecnologías.

Pero, ¿qué sentido tiene realizar una prueba técnica a papel y lápiz hoy en día? ¿El postulante también desarrollará sus funciones diarias con papel y lápiz? En un entorno donde las herramientas y recursos digitales son esenciales, es más relevante evaluar la capacidad de un candidato para utilizar estas herramientas de manera efectiva. ¿Qué sentido tiene solicitar una prueba técnica extensa de configuración de entornos o desarrollo sin la capacidad de consultar alguna fuente para resolver dudas u optimizar una solución? En su lugar deberíamos generar pruebas sobre conceptos generales, resolución de problemas cotidianos, evaluar habilidades blandas, adaptativas, de búsqueda y discernimiento entre otras. Solo por nombrar algunas habilidades que los trabajadores de TI si utilizan en su cotidianidad y que pueden ser medidas con instrumentos actualizados.

En resumen, la actualización constante de conocimientos y las habilidades de búsqueda y gestión de información se han vuelto fundamentales en el ámbito tecnológico. La educación y los procesos de selección deben reflejar esta realidad, enfocándose no solo en el conocimiento teórico, sino también en la habilidad para adaptarse y aprender de manera continua en un entorno digital en constante cambio.