Calidad más allá de las pruebas: Shift Left

La calidad del software en Latinoamérica es un campo en constante evolución. Sin embargo, suele ocurrir que se malinterpreta a nivel conceptual lo que entendemos por “Calidad del Software” centrándose casi exclusivamente en la ejecución de pruebas al final del ciclo de desarrollo. Esta visión parcial subestima lo que significa verdaderamente asegurar la calidad y cómo se integra a lo largo de todo el proceso de desarrollo de software.

Para empezar, es esencial entender que la calidad del software no es solo un conjunto de pruebas al final del camino, sino una cultura que se respira desde el inicio de un proyecto. En las empresas de tecnología en latinoamerica, es común encontrar que las fases iniciales de planificación y diseño reciben menos atención en términos de aseguramiento de la calidad. Esto, lamentablemente, se traduce en un costo elevado a medida que se avanza hacia la implementación y el lanzamiento. Identificar y prevenir errores en las etapas tempranas no es solo una cuestión de eficiencia, también impacta económicamente en los costos del proyecto, riesgo de éxito y satisfacción del cliente.

Los estudios muestran que los errores detectados en producción pueden costar entre 30 y 100 veces más que si se identifican durante las fases de requisitos y diseño“.
— Informe del “Systems Sciences Institute” de IBM.

Cuando se habla de calidad en software, muchos piensan en las pruebas manuales o automatizadas. Por supuesto, estas son herramientas indispensables, pero solo son una pieza del rompecabezas. La calidad implica también una planificación inteligente, levantamiento criterios específicos y claros, historias de usuario escritas con metodologías que faciliten el entendimiento transversal de lo solicitado (en caso de usar este tipo de escritura de requerimientos, por ejemplo), procesos robustos de revisión de código, un manejo adecuado de la deuda técnica y la adopción de buenas prácticas de desarrollo, como la integración continua y la entrega continua (CI/CD), entre otros. En Latinoamérica, si bien hay un aumento en la adopción de estas prácticas modernas, persisten algunos desafíos en su implementación completa debido a limitaciones de recursos, conocimiento o cultura organizacional.

La calidad del software no solo se logra con pruebas, sino con una planificación adecuada, requisitos claros, y un enfoque integral que incluye prácticas de desarrollo como la integración continua y la revisión de código. Un enfoque completo de calidad contribuye a la reducción de la deuda técnica y facilita la entrega ágil y eficiente de productos
— IEEE Software Engineering Standards Committee.

Una barrera importante es la mentalidad de “rápido y barato”, un enfoque que muchas veces prima en algunos sectores de la industria local. La presión por cumplir plazos ajustados y reducir costos lleva a que las pruebas se realicen a la carrera, sacrificando la oportunidad de hacer un análisis profundo de la calidad, lo que en última instancia afecta la satisfacción del cliente y la imagen de la empresa. Esta urgencia mal gestionada también suele relegar aspectos como la accesibilidad, la seguridad y la experiencia de usuario, que son esenciales para un producto de alta calidad.

Sin embargo, no todo es negativo. Latinoamérica es una región repleta de talento y de profesionales apasionados que entienden la importancia de cambiar esta narrativa. Cada vez más equipos están abogando por el “shift-left”, moviendo las prácticas de calidad hacia las primeras etapas del desarrollo, y promoviendo una cultura donde la calidad no es un departamento, sino una responsabilidad compartida. Es alentador ver cómo comunidades de práctica, conferencias y grupos de discusión fomentan el intercambio de conocimientos y la colaboración para superar los desafíos particulares de la región.
La calidad del software debe percibirse como un ecosistema integral que empieza con la idea de un producto y no termina hasta después de su lanzamiento. Implica una comunicación efectiva entre desarrolladores, testers, product owners y stakeholders; exige un enfoque en la formación constante y la adopción de herramientas que permitan no solo detectar, sino prevenir problemas.

El enfoque shift left implica mover las prácticas de aseguramiento de calidad al inicio del ciclo de desarrollo de software. Esto permite detectar y corregir defectos más temprano, lo cual es más rentable y eficiente. Adoptar el shift left puede reducir el costo de los errores en un 30% y aumentar la velocidad de desarrollo en un 20%“.
— Capgemini World Quality Report.

En conclusión, la calidad en el software no es solo cuestión de pruebas, sino de compromiso, visión y colaboración. En Latinoamérica, hay espacio para un cambio profundo, que deje atrás la percepción de que las pruebas son el único estándar de calidad y adopte un enfoque más holístico, proactivo y, sobre todo, humano. Esto implica reconocer que la calidad es un camino y un esfuerzo colectivo, que nos desafía y a la vez nos da la oportunidad de demostrar lo que la región tiene para ofrecer en términos de innovación y excelencia.